De todos los partidos que la Selección Mexicana de futbol pudiera jugar en la Copa Oro -incluso una posible final frente a Estados Unidos u Honduras-, el encuentro que disputará ante Costa Rica en semifinales luce como la mayor prueba.
Del roster de los cuatro equipos que se mantienen con aspiraciones, el de Costa Rica es el más cercano al que su técnico Rodrigo Kenton ha utilizado en los duelos de eliminatoria para el Mundial de 2010, por lo que los tricolores se dicen conscientes de ello.
"Los partidos han sido difíciles, ninguno ha sido sencillo porque todos los rivales merecen un respeto y nos ha costado, no nos han regalado los resultados, pero Costa Rica es un rival de mayor prestigio, más complicado, pero aún con eso se le puede ganar", comentó el arquero nacional Guillermo Ochoa.
Pablo Barrera también comenta las dificultades que encontrarán para acceder a la final de la Copa, por lo que asegura que el principal objetivo será "estar atentos y meter los goles en el momento oportuno, porque puede no haber muchas (oportunidades)".
Después de una floja etapa de grupos y una cómoda (porque así lo dicta el resultado obtenido) fase de cuartos de final, Ochoa ve las semifinales del torneo de la Concacaf como "un torneo diferente, por supuesto que cada partido se vive con intensidad, pero Costa Rica no deja de ser un rival incómodo, siempre lo ha sido, le guardamos el respeto que se merece pero trataremos de seguir por nuestra línea".
Las llaves del torneo han puesto la prueba más complicada para el Tri en semifinales. La selección costarricense de Kenton se saborea el duelo ante México con elementos que mantienen fresco el enfrentamiento en el Azteca por la eliminatoria.
MOLESTIA ENTRE AFICIÓN Y PRENSA POR MEDIDAS
La Selección Mexicana de futbol está desde el lunes en esta ciudad donde irá contra Costa Rica por su pase a la final de la Copa Oro en el estadio Soldier Field, aunque las exageradas medidas de seguridad que rodean al cuadro que dirige Javier Aguirre han ocasionado gran molestia entre aficionados y prensa locales.El equipo tricolor entrenó ya en los campos de la Universidad de Illinois, sin embargo, y a diferencia de otras ocasiones, no tuvo contacto alguno con un reducido grupo de aficionados a quienes tampoco se les dejó pasar a las gradas.
"Ya tenemos nuestras entradas para el partido del jueves, pero sólo queríamos mostrarles nuestro apoyo, que sientan que donde vayan estamos los mexicanos con ellos", dijo José Medina, un obrero de la construcción que fue con toda su familia a presenciar el entrenamiento y se quedó como muchos otros, viendo a los jugadores a lo lejos, detrás de las rejas del campo.
En tanto, la prensa acreditada recibió desde el domingo la instrucción de que únicamente se permitiría a camarógrafos y fotógrafos entrar al campo de entrenamiento por 15 minutos para hacer su trabajo, y no habría ningún otro evento público.
Sin embargo, con tan sólo 15 minutos de anticipación, llegó a los correos electrónicos una invitación para una conferencia de prensa con Giovanni Dos Santos a la que ningún medio local logró llegar, y tampoco hubo una explicación de los organizadores por lo improvisado del evento.
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