Los aficionados al fútbol que ayer salieron a las calles de Huntington Park para celebrar el triunfo de México al asegurarse la Copa de Oro fueron limitados a una "cascarita" en la esquina de los bulevares Florence y Pacific, donde se congregaron cientos de admiradores de la Selección Mexicana.
Un balón de fútbol lanzado al aire puso aún más eufóricos a los seguidores de la casaca verde que correteaban el esférico para patearlo a placer.
Emocionados gritaban el clásico "¡Viva México!", ondeaban la bandera tricolor y repetían una y otra vez el marcador final: "Cinco-cero, cinco-cero, cinco-cero…".
El triunfo de la Selección Mexicana de fútbol fue motivo de orgullo y celebración para muchos, ya que desde el año 2000 no había podido ganarle como visitante a Estados Unidos.
"Fue un juego fantástico", dijo Mario Ortiz arropado con la bandera mexicana. "Hacía mucho tiempo que no le ganábamos a Estados Unidos aquí en su casa y eso es motivo de venir a celebrar, porque no a cualquier equipo se le meten cinco goles y menos estando en su casa".
El equipo estadounidense no contó para esta Copa de Oro con sus jugadores estrellas.
"Pero no es tan fácil ganarle a un equipo aunque sea de segunda y golearle, entonces sí vale la pena celebrar", insistió Ortiz, un inmigrante oaxaqueño que tiene 13 años que vive en Huntington Park y que le va al América.
Con él iba Araceli Ornelas, originaria de Sinaloa y con 10 años de residencia en este país, quien aseguró que no hay conflicto emocional sobre a qué selección de fútbol apoyar.
"Porque aunque uno viva aquí y esté agradecido con Estados Unidos, la sangre de uno es mexicana", dijo la señora Ornelas.
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